Saber idiomas: siempre suma y no resta nada

Una rápida mirada en los principales buscadores de empleo en Internet pone en evidencia algo que intuitivamente todos nos imaginamos: que cuanto más y mejor conocimiento de idiomas tengamos, más posibilidades existen de obtener un buen empleo. Tal vez por ello, buscar trabajo sin tener conocimientos de idiomas se está convirtiendo cada vez más en una carrera de obstáculos insalvables.

Desde luego que no es suficiente con saber idiomas, pero sí representa un elemento diferenciador clave a la hora de que nuestro currículum sea seleccionado o incluso de ser convocado para una entrevista de trabajo.

Sucede igualmente si nuestro caso es buscar no un empleo sino una promoción en nuestro puesto de trabajo. Saber inglés, francés u otro idioma es determinante a la hora de ser tenidas en cuenta nuestras aspiraciones de mejora profesional.

Si esto es así, y lo sabemos, ¿Por qué entonces no asumimos de verdad que sin aprender o mejorar nuestros conocimientos de otro idioma estamos en clara desventaja en el cambiante mercado laboral?

Y aquí entramos en el terreno de lo personal. Diferentes argumentos pueden llegar a justificar no aprender idiomas, a pesar de saber a ciencia cierta los beneficios que este aprendizaje nos aportaría. Desde las limitaciones de tiempo, la dedicación familiar, la vergüenza por no saber lo que otros compañeros sí saben, la zona de confort en la que nos sentimos muy cómodos, el considerar que somos demasiado mayores, o demasiado jóvenes, la falsa creencia de la extrema dificultad de aprender idiomas de adulto, la idea de que la formación debe ser gratuita o al menos pagada por otros (empresa, Estado) etc.

Sin embargo son tantas las ventajas que aporta el aprendizaje de idiomas, que a pesar de los argumentos anteriores, merece la pena invertir en nosotros mismos. Y además es una inversión que tiene la rentabilidad garantizada. En efecto el esfuerzo a realizar nos aporta innumerables beneficios.

Por un lado son numerosos los estudios que demuestran el incremento salarial que genera conocer bien un segundo o tercer idioma; de hecho para los que quieran profundizar en ello, al final del artículo proponemos un enlace a un magnífico estudio de Víctor González, de la Universidad de Valladolid.

Por otro lado el acceso que se nos ofrece a un sinfín de ventajas en este mundo globalizado (viajes, Internet, lectura, música, amistades etc.) está garantizado. ¿Y qué decir de la mejora en la autoestima que se produce al lograr vencer la supuesta barrera infranqueable del aprendizaje de inglés, francés o alemán? ¿Y qué tal la sensación de sentirse útil ayudando a nuestros hijos con los deberes en inglés de todas las asignaturas del colegio bilingüe?

Es cierto que además de la buena voluntad, necesitamos algo más. Conscientes de eso, en Urbe Idiomas, tanto en las Academias de Valladolid como en la de La Flecha, ofrecemos distintos cursos de idiomas para adultos, de diferentes niveles, con duración e intensidad variable y con horarios flexibles que permitan a cualquier persona interesada alcanzar la meta propuesta.

Realmente merece la pena intentarlo. Sin duda alguna aprender idiomas es el mejor plan de pensiones que nos podamos imaginar.

 

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